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“Cataluña es como una banda tributo de España: el independentismo catalán es tan español que no podríamos vivir sin él”

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Puigdecolón. Ilustración de José David Morales.

Tres murcianos que escriben bajo el rubro colectivo de Ad Absurdum acaban de publicar la ‘Historia absurda de Cataluña’ (Guía tragicómica para saber cómo empezó todo), continuación necesaria e inevitable de su ‘Historia absurda de España’, que ya va por su 5ª edición, un superventas en su categoría. Aprovechamos la feliz coincidencia de concurrir todos en la capital del Reino para conocer en persona a Isaac, David y Juanje los tres mosqueteros de Ad Absurdum. La cita tiene lugar en una terraza del Retiro, frente al estanque en el que Felipe IV organizaba batallas navales para solaz de la Corte.

¿Diríais que la historia de Cataluña es más, menos o igual de absurda que la historia de España?

Nosotros decimos, citando a Ignatius Farray, que Cataluña es una especie de banda tributo de España, porque los elementos que tiene Cataluña son más o menos que los que tiene España. El independentismo catalán es tan español que no podríamos vivir sin él.

¿Qué contáis en vuestro nuevo libro, ‘Historia absurda de Cataluña’?

En el libro van saliendo muchos episodios para ponernos en contexto y entender de dónde vienen las fricciones entre ambos territorios. Tanto en el siglo IX, como en el XVII te encuentras la misma historia, o por lo menos parecida.

El Día de la Marmota…

A nosotros no nos gusta el tópico de que la historia se repite, pero lo cierto es que el debate actual ya ha sucedido anteriormente en términos muy parecidos.

David, Juanje e Isaac, aka Ad Absurdum, posan en plan indie a los pies de Ramón Berenguer, conde de Barcelona, en el Retiro madrileño.

¿Creéis que Cataluña tiene más “legimitidad histórica” para reclamar su independencia que, por ejemplo, Andalucía o, ya puestos, Murcia?

Tenemos una visión de lo que es un país que se adapta más a la realidad presente que a las llamadas “naciones históricas”. ¿Tenía, por ejemplo, Estados Unidos motivos para ser un país? Históricamente no, pero ahí está. Al Andalus ha sido durante siglos una entidad política y, si nos ponemos, incluso Murcia ha sido independiente mucho más de lo que lo ha sido Cataluña. No es por chovinismo, pero en el siglo XIII la moneda murciana te la encontrabas en Florencia., Murcia era una potencia comercial.

Pero el nacionalismo murciano no es ni de lejos tan pujante como el catalán.

Para que se dé un sentimiento nacionalista se tienen que dar tres factores: tiene que ser periférico, tener una lengua propia y ser económicamente boyante. Si te falta alguna de las tres patas, la mesa se cae: Galicia tiene las dos primeras, pero no es económicamente boyante. Cataluña tiene esas tres, así que se ve en una posición de reivindicar su independencia, pero no existe esa cuarta pata que es el derecho histórico, porque TODAS tienen historia.

¿Tiene el actual independentismo catalán alguna cualidad novedosa respecto a las versiones anteriores?

Vivimos unos tiempos muy decimonónicos. Aquí se junta el nacionalismo romántico del que se siente catalán y el pragmatismo del que no se siente tan nacionalista pero cree que “sin España nos va a ir mejor”. Si a eso le añadimos la reacción españolista, tenemos un monstruo difícil de controlar.

Pancorruptor Puyolatis.

¿Hacia dónde podemos esperar que evolucione la situación de Cataluña?

Por lo que nosotros hemos estudiado, la acción histórica de Cataluña siempre ha sido la misma: Cataluña se levanta, hace su reivindicación y el estado interviene de forma violenta o represiva. A largo plazo no va a cambiar nada, va a continuar todo igual.

¿Quién sería un precedente de Puigdemont?

Maciá, que fue detenido por una operación de “invasión de España” con un grupo de excursionistas, y cuando lo detuvieron, lo condenaron al exilio y se fue a Bélgica, donde montó su gobierno en el exilio. Esto sucedió durante la dictadura de Primo de Rivera. Son paralelismos que dan miedo.

[En el libro ‘Historia absurda de Cataluña’ se cuenta la estrambótica histórica del corazón de Francesc Maciá, extraído del cadáver del político según el ritual masóico y que durante años acarreó su yerno, Josep Tarradellas, hasta que se dio cuenta de que aquella víscera tal vez no fuera el corazón de su suegro].

¿Cuáles son los hitos traumáticos en la relación entre Cataluña y España?

Las dos claves son la rebelión de los segadores, y la guerra de Sucesión. Posiblemente el bombardeo de Barcelona de 1714 es el momento más emblemático, de ahí viene la Diada y ese minuto mágico en el Nou Camp, el 17:14 en el que el estadio grita como un solo hombre “¡In! Inde!¡Independencia! en recuerdo de aquella fecha.

En recuerdo de aquella derrota…

Si no es la única celebración del mundo que celebra una derrota tan fervientemente, debe de ser de las pocas. Solo por esto, la Diada debería declararse bien de interés cultural.

¿A qué se debe este afán en celebrar una derrota?

Porque para los independentistas es importante, no por los hechos en sí sino por el relato posterior que se ha generado en torno a ello. El relato se construye en torno a esa fecha y a la guerra de Sucesión, pero si analizas aquella contienda te das cuenta de que es la lucha de dos dinastías, Austrias y Borbones, en la que cada región de España se puso del lado que le convenía más. Lo que pasó es que el candidato de Austria -el que apoyaba Cataluña- se largó en cuanto tuvo ocasión. ¿Los Borbones unos cabrones? ¿Y vuestro candidato qué, que os dejó tirados en cuanto pudo?

 

Es el mito fundacional que necesita todo nacionalismo.

El nacionalismo catalán es, en esencia, anti-Borbón. El catalanismo se construye básicamente en torno a la oposición a los Borbones del XVIII. El caso es que antes de la Guerra de Sucesión, cuando Els Segadors, se fueron un momento con Francia y salieron escaldadados, porque el estado francés era mucho más centralista que el español. El estado español ha sido siempre muy autonomista. Incluso durante la dinastía de los Austrias, la tradición más rancia española ha sido dejar los fueros. Con los Austrias tenemos Castilla por un lado, Aragón por otro, y Aragón tenía incluso Corte, igual que Valencia y Cataluña. Se dieron momentos en los que el rey llamaba para defenderse contra los franceses y los parlamentos se negaban a dar dinero para las tropas.

Y ahí se rebelan los segadores…

La sublevación de los segadores 1640 se inició porque el rey pidió a los catalanes que pusieran pasta, como al resto de los territorios, para defender el país. Y dijeron que no estaban por la labor… por cierto, igual que se negaron otros territorios, como Portugal. Lo gracioso es que el conde duque de Olivares y Felipe IV deciden que hay que apagar fuegos, y envían el ejército a Cataluña, momento que aprovecha Portugal para independizarse.

Una encrucijada en la historia de España.

Un momento absolutamente clave. Hubo que decidir con qué nos quedábamos, si Portugal o Cataluña. La pregunta es: ¿se hizo bien? Habría que escribir una ucronía sobre que hubiera pasado si hubiéramos dejado ir a Cataluña y nos hubiéramos quedado con Portugal.

¿Y fue un error?

Probablemente, porque hubiéramos tenido acceso al imperio portugués… y Cataluña hubiera acabado pidiendo la integración tarde o temprano. Cuando Portugal se integra en la Corona hispánica, Felipe II se tira tres años en Lisboa. Hay que tener en cuenta que en aquel momento la Corte no era tan fija como ahora, sino que se iba moviendo con el rey. Durante aquellos tres años la capital del imperio está en Lisboa. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera quedado en Lisboa? Pues que probablemente Portugal se hubiera integrado en España, porque Castilla no hubiera supuesto ningún problema. Portugal apenas es una franja de la Península, pero su imperio era casi equivalente al español, y su dominio del mar duró varios siglos más.

Con Portugal hubiésemos sido imbatibles en el Mundial de Fútbol y en Eurovisión.

¿Por qué volvió Felipe II a Madrid? ¿Acaso le venía mejor el clima para su salud?

Parece ser que los portugueses le tocaban bastante las narices, aunque no tanto como los catalanes. Aun con todo, la unión duró 60 años, de 1580 a 1640.

¿En qué momento empieza España a hacerse más centralista?

Cuando Felipe V él está asesorado por el Rey Sol, Luis XIV, a la sazón su abuelo. Y lo que imponen es un modelo calcado al francés. Felipe V era una marioneta de Luis XIV, que no hablaba ni una palabra de español, y España era un apéndice de Francia. La guerra de Sucesión le vino muy bien porque tenía toda la pinta de que iba a perderla, pero el chico tenía cojones y la ganó, así que su abuelo le dio cuerda para hacer cosas. Con Felipe V hay un punto de inflexión en cuanto al centralismo español.

¿Es Felipe de Anjou tan centralista como su abuelo, el rey Sol?

No tanto. Bien es cierto que Felipe V mantiene los fueros de Navarra, que se aún hoy se aplica en la zona vasca, ¿por qué? Porque le apoyan. Si los catalanes le hubieran apoyado probablemente mantendrían sus fueros y privilegios a día de hoy. Felipe V juró en el parlamento catalán y concedió a Cataluña la mejor autonomía que había tenido hasta la fecha, algo reconocido por los propios parlamentarios catalanes de entonces.

Y en estas llega Franco…

Pero antes Primo de Rivera, que impone un modelo centralista que recuperaría más tarde Franco.

Y Navarra sigue conservando sus fueros.

Vascos y navarros no tienen que currarse ahora unos privilegios que ya tienen. Ahora van a mantener el resultado, aparcar el autobús delante de la portería y rezar “que me quede como estoy, virgencita” [risas]. Ahí es muy interesante la historia para saber por qué unos tienen y otros no. En resumen, los catalanes se equivocaron de bando. En Murcia apoyamos a Felipe V y gracias a eso tenemos una catedral superbonica.

¿En qué momento empieza el “milagro” económico catalán, una región que era más pobre que Galicia en el siglo XVIII?

El proteccionismo de Castilla impuso aranceles internos, lo que provocó la paradoja que para Cataluña resultaba más sencillo comerciar con Flandes o con Nápoles que hacerlo con Castilla. Y es que Cataluña vivió muy bien con la represión borbónica.

La industria textil catalana consigue un acuerdo muy beneficioso para comerciar con las colonias americanas durante el siglo XVIII, pero cuando llega el liberalismo, en el siglo XIX, le viene muy mal, no le sale a cuenta porque los precios del textil catalán eran más altos que los italianos o los ingleses gracias a los aranceles que se imponían a éstos.

¿El catalanismo primigenio es más conservador o progresista?

Es en el siglo XIX cuando empiezan a aparecer los partidos regionalistas primero y luego algunos se convierten en catalanistas. Al principio todos tienen un enorme tufo conservador, aunque luego alguno salen de izquierdas, y eso no ha cambiado mucho. Campó, Prat de la Riba son el equivalente a Cánovas del Castillo pero en versión catalana.

Lo mismo que CiU para el PP…

El nacionalismo conservador nunca ha tenido problema para aliarse con la derecha española cuando le ha convenido. Y ahí está la prueba; le han dado votos al PP siempre que ha hecho falta, no hace diez años, sino hace cuatro días. Lo cierto es que lo que aprueban con los votos catalanes son asuntos económicos, donde suelen estar de acuerdo.

¿Qué opinan los catalanes de vuestro nuevo libro?

En general les ha gustado. Nos han comentado que es provocador en ciertas cosas, nos han dado algún capón, pero razonable. Se lo dimos a gente indepe y se han reído bastante.

Ya tardas en conseguir ‘Historia absurda de Cataluña’ en tu badulaque favorito.

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